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Creo que uno de los mayores ejemplos del Hno. Ludolfo ha sido en su lucha por la vida y con el dolor, cuando su hacer y su decir incansables se hicieron silencio.
Estando en Lima en el mes de noviembre de 2014 quiso tener una reunión con los Hermanos de la comunidad. Se hizo el 8 de noviembre de 2014. En la sala de televisión del cuarto piso nos juntamos los Hermanos de la comunidad -Lucho, Máximo, Miguel y Patricio- Ludolfo y yo también. El Hno. Lucho como Director le dio la palabra y Ludolfo nos expresó que quería hablarnos de su enfermedad desde una mirada de fe. Me habría gustado poder grabar su testimonio hablado. Terminada la reunión anoté algunas ideas que me quedaron en la memoria, aunque no todas sean exactas con las mismas palabras con las que se expresó y que las comparto con todos ustedes.
Fue una reunión muy emotiva y muy valiosa en este compartir su visión e interpretación de las circunstancias que estaba viviendo, unidas a la fortaleza y ejemplo que nos daba con su vivir adolorido día a día.
Comentó cómo empezó el descubrimiento de la enfermedad y las intervenciones de los médicos, conocidos suyos, desde detectar el cáncer hasta las intervenciones quirúrgicas, en las que participaron hasta cinco especialistas de acuerdo a cada parte del cuerpo que requería su participación –bazo, páncreas, colon, próstata-, pasando por las circunstancias de huelga de médicos con la imposibilidad de una operación inmediata y que los mismos médicos buscaron solución temprana. Providencialmente, sigue viviendo gracias a ellos, pues de lo contrario ahora no podría estar contándolo. “Toda nuestra vida es Providencia de Dios”. Hno. Ludolfo Ojeda y Ojeda, Distrito Bolivia-Perú
Valoró positivamente y como providencial todo ello, junto con el agradecimiento debido a los médicos y a la generosidad de los Hermanos a pesar de lo caro que suponía todo ello, y sin dejar de apreciar “los rostros del dolor” que se cruzaban con él en los corredores del hospital; le han hecho vivir otra realidad a la que no estamos acostumbrados y que nos interroga fuertemente. Está agradecido a la Providencia y a la Virgen María.
Después de la operación vino el viacrucis del dolor. Confesó con franqueza el dolor agudo, fuerte, continuo que ha vivido y seguía viviendo. Todo ello le ha hecho crecer en la fe. Se le hacía imposible orar en la capilla o andando aquí o allá y decía “pues que el dolor sea mi oración”. “Lo ofrezco a Dios”. “El dolor hay que vivirlo con alegría aunque sea muy difícil”.
Siempre quiere no molestar. Está agradecido a la comunidad -“es difícil encontrar una comunidad como ésta”-, a las enfermeras que lo atienden, a las visitas de amigos, al testimonio escrito de cada profesor de Iquitos acompañándolo en el dolor, es “una señal de la labor que hacemos los Hermanos”, hasta se la caían las lágrimas de emoción.
Terminó comentando al Hno. Noé diciendo que todo es gracia, hasta el pecado y también el dolor y la enfermedad. Es algo que Dios nos pone en el camino. A mí me recordaba los escritos de santa Teresita de Lisieux.
Está disponible para poder seguir colaborando en la misión como Hermano en la medida que pueda y sea útil “si Dios quiere que sirva en algo todavía”.
Está agradecido también porque esto le ha permitido leer al admirado Hno. Michel Sauvage, hombre extraordinario que nunca apreciaremos lo bastante.
Después de su intervención participamos reconociendo su valía y ejemplo que nos da y su fortaleza en el dolor. Comentamos su mejoramiento, al menos aparente, en los últimos días, su saber compartir y participar en conversaciones sabiendo superar su enfermedad, y que la comunidad está para servir en lo que pueda y contenta de contar con él como un miembro más por el tiempo que sea necesario. Yo le pedí que escriba también sus experiencias que pueden ser un valor para todos nosotros.
Después de la reunión le dije que me gustó mucho su intervención y admiraba su ejemplo. Me respondió que es un punto de la Regla el compartir con los Hermanos las experiencias de vida. Entre las pocas pertenencias que tiene en la habitación (un mínimo de ropa para vestirse, varios gruesos libros sobre estudios lasalianos en francés, entre ellos L’espérance fragile d’un témoin sobre el itinerario del Hno. Michel Sauvage que ha quedado con la señal de lectura en la página 439, y muchas medicinas) está presente la Regla de los Hermanos.
Hasta el día de ayer, 16 de marzo, le han acompañado otros cuatro meses de dolor. En su enfermedad ha seguido manifestando su temperamento inquieto e impulsivo, incrementado por las molestias y dolores que se mantenían en su cuerpo a pesar de las pastillas y calmantes que tomaba. Aunque en muchas ocasiones evitaba quejarse y ante las visitas trataba de disimular con sonrisas y agradecimiento, sus dolores le forzaban a cambiar de postura cada poco tiempo, ya sea de noche o de día; “parece que por dentro continuamente me están taladrando con espadas”, llegó a decir en una ocasión.
A finales de diciembre se agravó su situación con un derrame cerebral, le afectó el área del lenguaje; repuesto en alguna medida, en el mes de enero estuve quince días, durante el retiro de los Hermanos, enseñándole a recordar personas y lugares y a reaprender las letras.
-¿Has leído La República?
-Sí, pero no puedo interpretar los textos.
Fuimos poco a poco recordando oraciones, las leíamos y rezábamos juntos, cuando pasábamos delante de la capilla casi siempre se paraba un ratito a la puerta. Llegó a leer palabras sencillas con cierta rapidez, en algunos momentos me hacía pensar que de niño en el colegio tuvo que ser despierto, inquieto, empeñoso y brillante; a pesar de ello, la enfermedad le impedía la concentración necesaria a pesar de su fuerte interés por llegar a la normalidad. En pocos minutos, llevándose las manos a la cabeza, se quejaba de cansancio cerebral.
Poco a poco ha ido acabándose acompañado del malestar continuo y doloroso que, sobre todo al final, le hacían pedir algún tipo de atención cada muy poco tiempo.
Estando en el hospital, también en el mes de enero, sentados, rezamos un ratito después de darle la comunión. Le dije: “Tienes que ponerte en las manos de Dios, estás en sus manos” y él afirmando con la cabeza y moviendo los labios dejaba caer lágrimas de resignación y asentimiento.
Una personalidad tan rica, dinámica y valiosa hasta en su última etapa de la vida nos ha dado ejemplo de que nuestra vida es de Dios y a él se la debemos entregar.
Su vida es un modelo de fe y un ejemplo que imitar.
Ludolfo sigue presente en nuestra mente y en nuestro corazón.
Ludolfo descansa en la paz del Señor.
-Gracias Ludolfo, desde arriba estate también con nosotros.
H. Javier Miranda Sedano
Distrito Bolivia-Perú
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Equipo de trabajo de la Casa Distrital del Distrito de Medellín alcanza el nivel R4E 3 Estrellas, según el Modelo de Excelencia EFQM
La Región Latinoamericana Lasallista felicita al equipo de animación del Distrito de Medellín por haber alcanzado el Nivel R4E 3 Estrellas, según el Modelo de Excelencia EFQM; nivel de Excelencia en el que se encuentran los ocho centros educativos privados que pertenecen al Distrito Lasallista de Medellín.

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Segunda fase del 45° Capítulo General
Los Hermanos capitulares han iniciado la segunda fase del 45 Capítulo General dando paso a la presentación del informe del H. Superior y del Consejo General. Un buen número de Hermanos y Seglares han presentado la evaluación de lo vivido en los últimos siete años en ámbitos tales como la formación, la misión educativa, la familia lasaliana, la comunicación, la investigación lasaliana, la Asamblea internacional de la Misión del año 2013, el funcionamiento de las Regiones, el encuentro internacional de Hermanos jóvenes, la Asamblea internacional de las Fraternidades Signum Fidei, el Simposio de jóvenes, el futuro de la Casa Generalicia y la situación de la economía del Instituto.